lunes, 17 de octubre de 2016

Navegando hacia Malvinas: Un rescate de película

Navegábamos hacia las Islas Malvinas cuando, a media tarde, por los altoparlantes del barco, se pidió con urgencia la presencia de familiares de una pasajera rusa. Imaginé que algo grave había ocurrido.
Al día siguiente, nos despertaron poco antes de las cinco de la madrugada. El capitán del barco, por el altoparlante del camarote, nos informó que en pocos minutos más iba a arribar un helicóptero británico para iniciar el proceso de evacuación de la pasajera al hospital de Puerto Argentino y que estaba prohibido sacar fotos.
Me vestí rápidamente y me dirigí a la boite del barco, ubicada en la popa y a una altura desde la que se dominaba toda la embarcación hasta la proa. Me encontré allí con un pequeño grupo de pasajeros, la mayoría norteamericanos, curiosos como yo.
Al poco tiempo apareció el helicóptero y comenzó a circunvolar el barco; en un momento se detuvo, manteniéndose en el aire y se bajó por un cable una camilla a la cubierta 15, donde se colocó a la pasajera enferma, que junto con un acompañante que se asía del cable fueron elevados en el aire y se los subió a ambos a la aeronave, que partió de inmediato hacia Puerto Argentino.
La maniobra completa, perfecta, se concretó en no más de 20 minutos aproximadamente, en un mar embravecido, con fuerte oleaje y espuma en la superficie y vientos desde el cuadrante noroeste de fuerza 8 sobre 12 en la escala de Beaufort (ventarrón medio, 62-74 kilómetros por hora), según la información suministrada al final del crucero.
Lamentablemente, con el correr de las horas las condiciones meteorológicas continuaron deteriorándose y el desembarque previsto para las 8 de la mañana en Puerto Argentino fue cancelado. Nos quedamos sin conocer Malvinas, pero vimos un rescate como en las películas.

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