sábado, 11 de junio de 2016

LA SOCIEDAD NORTEAMERICANA: SORDOS RUIDOS

Hay algo más que una obviedad en advertir que Estados Unidos es justamente lo que es hoy. Existe un ruido en sus cimientos que no ha sido convenientemente escuchado y que se hace más sonoro camino a las elecciones. Como ya se ha señalado en esta columna, ese efecto es consecuencia de un doble fenómeno: la crisis económica de 2007/2008 en las postrimerías del gobierno de George Bush, que estrelló la idea del sueño norteamericano y de la movilidad social. Y la carrera tecnológica que amplificó la intemperie de esas masas.
Alrededor de ese proceso de quiebre se consolidó un sentido común que validó una concentración asfixiante del ingreso. Es cierto que a lo largo de los dos gobiernos de Barack Obama se redujo la tasa de desocupación, pero los nuevos empleos fueron de menor calidad y remuneración así como de mayor precariedad que los anteriores a la crisis. Según cifras del Departamento de Trabajo, creció en mayo a medio millón de personas la encuesta de quienes tienen un trabajo informal y esperan algo fijo, al tiempo que, informa el ministerio, otro tanto se rindió y directamente dejo de buscar. El dato lo refuerza una investigación de la Universidad de Princeton que sostiene que entre 2005 y 2015 encabezaron las listas de posibilidades las “alternativas laborales”, es decir trabajo part time, independiente, o tercerizado. Si se observan sondeos del Pew Center, se advierte otra pista de la turbulencia social: por primera vez en 130 años los norteamericanos de hasta un promedio de 24 años prefieren vivir en la casa paterna antes que con amigos o parejas. No es un escenario que difiera mucho del que ofrece hoy Europa.
MARCELO CANTELMI, CLARÍN DE HOY.-

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