jueves, 7 de abril de 2016

LA DEMAGOGIA UNIVERSITARIA DEL "INGESO IRRESTRICTO" INCREMENTA EL DERROCHE DE FONDOS YALIENTA LA DESERCIÓN

 El año pasado se sancionó la ley 27.204 en la que se estableció que "Todas las personas que aprueben la educación secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior". Según sus impulsores, la ley apunta a asegurar la igualdad de oportunidades.

En los países industrializados más del 40% de los jóvenes logran una graduación en el nivel universitario; en América latina la graduación universitaria es inferior, pero en la última década se registró un claro avance: entre 2003 y 2013 la graduación anual universitaria creció 86% en Brasil, 147% en Chile y 158% en Colombia. En nuestro país la graduación total universitaria creció apenas 46% en la última década según el Ministerio de Educación.

¿Cómo es posible tener menos graduados si es mucho más fácil entrar a la universidad en la Argentina que en Brasil, Chile y Colombia? En estos tres países, lo mismo que en todos los países industrializados y también en China, Cuba y Ecuador, existen rigurosos exámenes generales a los estudiantes secundarios que desean postularse para una vacante universitaria. Nuestra reciente ley 27.204 prohíbe estos exámenes.

La realidad es que nosotros tenemos (en proporción a la población) más estudiantes universitarios que estos países latinoamericanos que aplican criterios exigentes para el ingreso, pero el caso es que tenemos menos graduados que ellos. 

La explicación se encuentra en la muy baja graduación efectiva de nuestras universidades, que registran elevados índices de deserción estudiantil: no sólo las estatales, sino también las privadas. Según el Anuario de Estadísticas Universitarias 2013, después de estar un año en las universidades estatales la mitad de los estudiantes no aprobó más de una materia; desertan de la carrera nada menos que 70 cada 100 ingresantes. En las universidades privadas, el 29% de los estudiantes no aprobó más de una materia después de un año, lo que también incide negativamente en la baja graduación de nuestras universidades privadas, donde no se gradúan casi 60 de cada 100 alumnos ingresantes.

ALIETTO ALDO GUADAGNI, Miembro de la Academia Nacional de Educación, LA NACIÓN DE AYER.-

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