Al terminar la Segunda Guerra Mundial, (un) pintor holandés de apellido Van Meergeren fue acusado de colaboracionismo por haberle vendido un cuadro de Vermeer al líder nazi Hermann Goering.
El acusado argumentó en su defensa que lo que había vendido eran obras suyas y no de Vermeer: las había falsi-ficado. Van Meergeren estudió durante años el estilo de Vermeer para poder imitarlo. Obtenía los lienzos lavando obras de igual antigüedad pero de menor valor, fabricaba los pigmentos con las mismas técnicas que los maestros del Renacimiento y envejecía artificialmente sus obras calentándolas en un horno.
Para probar definitivamente su inocencia, Van Meergeren pintó "un Vermeer" ante el tribunal. Final-mente fue absuelto de la acusación de colaboracionismo y condenado a un año de prisión por falsificador. Murió poco tiempo después, mientras cumplía su condena.
La historia de Van Meergeren y sus falsificaciones se cuenta en La doble vida de Vermeer, novela del italiano Luigi Guarneri, publicada en 2005.
Claudio H. Sánchez, Carats de lectores, La Nación de hoy.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario