jueves, 10 de diciembre de 2015

LA HABILIDAD RETÓRICA DEL KIRCHNERISMO: UN RIESGO PARA EL NUEVO GOBIERNO

el gobierno que se va ha llevado adelante una política de mala fe que consistió, tal como la describe J.G.A. Pocock, "en la realización de actos de habla en los que definió que son los demás los que actúan de mala fe, de tal manera que el único medio de los otros para mostrar su buena fe era hacer lo que [el gobierno] deseaba que hicieran".

Uno de los riesgos de la etapa que se inicia hoy radica en que posiblemente se pase de una política en la que las palabras han ignorado la contundencia de los hechos a otra de hechos desprovistos de palabras.

Un riesgo, porque la política sólo existe allí donde hay una conversación, es decir, cuando el gobierno se obliga a verbalizar sus actos de tal modo de dar a todos la oportunidad de oponer argumentos, responder y refutar lo dicho por el poder. "Hay política -afirma Pocock- cuando la gente es exitosa al comunicar, es decir, al replicar afirmaciones."

(El PRO es) un partido que ha insistido -erróneamente, a mi entender- en que las categorías con las que la política ha sido usualmente pensada no son ya útiles para comprender la realidad.

La institución que más urgentemente necesita ser reparada entre nosotros no es otra que el lenguaje, la única institución que hace existir al otro, políticamente.

Es sólo en la conversación política -es decir, en la expresión de la respuesta y la refutación- que la Argentina volverá a ser una, en su diversidad y variedad.

Recrear la política es por tanto recrear un lenguaje dialógico, en el que la oposición -o las oposiciones- nunca más sea sospechada de mala fe por no hacer lo que el oficialismo pretende que haga.

ALEJANDRO KATZ, LA NACIÓN DE HOY.-

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