lunes, 9 de enero de 2012

AUSTRIA-HUNGRÍA ¿LA PUNTA DE UN NUEVO ICEBERG?

En 2003 visité Viena. Una de las cosas que llamaron mi atención fue el diferencial entre la tasa de interés que pagaban los bancos austriacos por los depósitos en euros, en comparación con sus similares franceses o alemanes.

Ello contradecía la teoría monetaria, ya que las monedas más débiles, debido a défcits fiscales, comerciales, o ambos, son las que -en general- para atraer a los depositantes y compradores de bonos, deben ofrecer tasas de interés más altas, que los compensen ante el riesgo de una futura devaluación.

Pero esto no sucedía en Austria, ya que su moneda, el euro, era la misma que la francesa y alemana, y sus déficit estaban en línea con los del resto de la eurozona.

Mi sospecha se dirigió entonces por un lado a los prestatarios de esos bancos, que al ser más riesgosos que sus similares alemanes, por los motivos expuestos debían pagar más pos sus deudas, y por el otro, a que esa política debía estar bastante extendida entre los bancos austríacos, por lo que debían contar con depósitos de otros países, de ahí que pagaran más para tentarlos a diversificar sus colocaciones, obteniendo así una renta mayor para su capital.

Lo consignado aquí la semana pasada, confirmó mis sospechas.

¿Se acuerdan de los depositantes ingleses en Islandia?

Si el  imbroglio húngaro no se encamina, y se extiende a otras economías del este europeo, podría suceder algo simlar con los depositantes de los bancos austríacos.

Para poner en perspectiva este delicado tema: se sospecha que sus colocaciones en economías del este europeo totalizan dos veces el producto bruto austríaco.

¿Dará lugar Austria a la ampliación del grupo de países europeos en problema, los PIIGS, transformándose en ESPIGA?

Cosas de la economía internacional.

O más bien, de la irresponsabilidad económica de algunos países.-



No hay comentarios: