jueves, 19 de mayo de 2011

F.M.I: ¿MÁS DE LO MISMO?

A partir de la designación del alemán Horst Köller en el año 2000, continuada luego con la del español Rodrigo de Rato y posteriormente con la de Dominique Strauss-Kahn, los "grandes electores" del  Fondo Monetario Internacional, con los Estados Unidos a la cabeza, abandonaron lo que había sido la práctica usual para la designación del director gerente del organismo desde su fundación: un técnico reconocido en banca central y finanzas internacionales, pasando a optar por políticos desocupados, si bien respetando la letra "no escrita" desde los acuerdos de Bretton Woods, en el sentido que debía ser europeo, como norteamericano el presidente del Banco Mundial.


Así llegaron a la entidad Köller (2000-2004), el español y ex ministro de Economía del derechista Partido Popular Rodrigo de Rato (2004-2007) que acababa de ser desalojado del poder por el Partido Socialista luego de los atentados de Atocha -en lo que sin duda fue una devolución de atenciones del gobierno de Bush al de Aznar por el poyo en la invasión a Irak- y el actual el político socialista francés Dominique Strauss-Kahn.


Ninguno de los dos primeros terminaron su mandato: Köller, a quien le estalló el default argentino de 2001, que manejó torpemente junto con la sub directora la norteamericana Anne Krueger,  renunció para hacerse cargo de la presidencia de Alemania, un cargo meramente protocolar  de mucho menos nivel internacional que el que detentaba y Rato lo hizo por razones personales.


Strauss-Kahn, si bien por motivos diferentes, tampoco lo concluirá. 


Como una prueba de la compleja relación entre el board -directores políticos- y el staff -personal de carrera-, este último publicó hace poco un informe crítico de estas tres gestiones, a las que responsabiliza entre otras cosas por su politización y por su falta de supervisión y control, que impidieron ver la generación de la crisis de 2008, lo que aumentó el descrédito del organismo, que ya venía siendo cuestionado luego de la crisis argentina.


Los nombres que han comenzado a sonar para reemplazar a Strauss-Kahn, si bien incluyen a no europeos, en la mayoría de lo casos se refieren a políticos en funciones o en el llano.


Visto lo ocurrido en la última década, "más de los mismo" no parece la mejor solución.-

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