viernes, 13 de mayo de 2011

BROOKLIN TAMBIÉN ESTÁ EN NUEVA YORK

La inmensa mayoría de los turistas que dicen que se se dirigen a Nueva York, en realidad lo hacen a la isla de Manhattan, uno de los cinco condados de la ciudad de Nueva York, junto con Brooklyn, Queens, Bronx y Sataten Island.

El nombre de Brooklyn resuena en la mayoría de ellos, no tanto por el barrio, sino por el celebérrimo puente, que lo vincula con Manhattan, y que debería ser, si el tiempo lo permite -caminado y admirando el magnífico panorama desde las alturas- la vía de acceso.

Brooklin es el barrio más poblado de los cinco nombrados, con muchas casas e iglesias, y muchísimo menos ajetreado que la vecina Manhattan.

Pero además, es el asiento del Museo de Arte de Brooklin, el segundo más grande en su tipo en los Estados Unidos. 

En sus diversas salas se puede hallar arte egipcio, del antiguo medio oriente, asiático, africano, del Pacífico, pintura y escultura europea y pintura y escultura norteamericana.

Pero lo que le da un toque originalísimo, es el sector dedicado a las artes decorativas norteamericanas, donde puede observarse a través de distintas viviendas construídas en tamaño real  bajo el techo del museo, 28 habitaciones completamente alhajadas con muebles y objetos pertenecientes a distintas épocas y lugares, que van desde una granja holandesa de Brooklin del siglo XVII hasta la biblioteca estilo art deco  de un departamento neoyorquino de los años 1920, los que, a su manera, presentan la historia de los Estados Unidos, destacándose especialmente el salón de fumar estilo morisco, construído entre 1864-65 y remodelado en 1883, ubicado en la casa de John Davison Rockefeller el fundado de la dinastía, y donado por sus descendientes, John D. Rockefeller Jr. y su hijo John D. Rockefeller III. 

Muy cerca del museo, se encuentra el Jardín Botánico, con su magnífico parque japonés y el camino y explanada de los cerezos, cuyos pétalos, cuando vuelan por la acción del viento primaveral, dan la impresión de estar en medio de una nevada.

También en las inmediaciones se encuentra el Prospect Park, típico parque en estilo inglés, mucho más agreste que el Central Park de Manhattan.

Cierran el conjunto el edificio art deco de la biblioteca pública y el impresionante monumento a los caídos en la guerra civil situado en la  Grand Army Plaza.

Tal vez no para quien visita por primera vez Nueva York con un itinerario ajustado, pero para aquellos que ya lo han hecho, vale la pena disponer de un día para disfrutar de este circuito -al que se accede luego de un viaje de media hora en subterráneo desde Manhattan y cuyo túnel cruza el East River- que los pondrá en contacto con otro barrio muy diferente, pero con una fuerte personalidad.-


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