miércoles, 14 de julio de 2010

EL CRUCE ANDINO POR LOS LAGOS DEL SUR

Aprovechando una visita familiar a Bariloche, debido a los primeros ochenta años de una muy querida prima, me reservé dos días para hacer el cruce andino a través de los lagos del sur, desde esa ciudad, en las riberas del Nahuel Huapi, hasta la chilena Peúlla, ubicada a orillas del lago de Todos los Santos, en el Parque Nacional Pérez Rosales, el más antiguo de Chile, creado en 1926.

El viaje continúa desde allí, navegando este espejo de agua hasta arribar a Puerto Montt en el Océano Pacífico, pero yo me quedé en la pequeña villa de Peúlla, de solo 120 habitantes, porque en un viaje anterior por el sur de Chile, ya había llegado hasta la orilla opuesta del lago, luego de visitar los saltos del río Petrohué.

Este tour, siguiendo la antigua ruta de los jesuitas, que la habían trajinado para vincular sus misiones de Chile y Argentina, fue realizado por primera vez desde Peúlla a Bariloche en 1913 por un grupo de turistas conducidos por el pionero suizo alemán Ricardo Roth, que había fundado en Peúlla la Compañía Andina del Sud, constituyéndose en el más antiguo viaje organizado de la región.

Salí en ómnibus de Bariloche hasta Puerto Pañuelo, frente al hotel Llao-Llao, donde embarqué en un catamarán que puso proa al brazo Blest. La lluvia, que no me abandonó desde la salida de la ciudad, me impidió salir a cubierta a contemplar el magnífico paisaje. Al llegar a la Isla Centinela, casi a mitad del recorrido, donde reposa el Perito Moreno y su esposa, la nave le brindó el tradicional y emotivo homenaje al donante de esas tierras, disminuyendo la velocidad y haciendo sonar su sirena.

Al llegar a Puerto Blest, y siempre lloviendo, pasé a un ómnibus, el que luego de una travesía de diez minutos a través de la exhuberante selva valdiviana típica de la región y entre medio de algunos alerces centenarios, me dejó en Puerto Alegre, sobre la laguna Frías, cuyo nombre recuerda al gran amigo del Perito y embajador argentino en Chile, Félix Frías. Luego de veinte minutos de navegación en las verdes aguas de la laguna -lo único que se veía ese día- la pequeña embarcación arribó a Puerto Frías, donde luego de hacer los trámites migratorios y aduaneros argentinos, pasé a otro vehículo chileno, que me dejaría en Peúlla, luego de una hora y media de marcha a través de la selva, ahora del lado chileno.

Al ir subiendo hasta los 1000 metros, para atravesar el paso de Pérez Rosales, la lluvia se transformó primero en aguanieve y luego en una suave nevada, reapareciendo nuevamente al descender siguiendo el curso del río Peúlla, que nace en los ventisqueros del cerro Tronador, para desaguar en el Lago de Todos los Santos luego de pasar por el poblado del mismo nombre.

El camino, por el que se transita todo el año, está lleno de torrentes y cascadas, que en algunos casos caen con tanta fuerza desde las laderas montañosas, que provocan aludes, que incluso pueden llegar a cortar la ruta, como sucedió hace poco, tardándose cinco días en volver a rehabilitarla.

Así pasaron ante mis ojos las Cascadas de la Despedida y Las Mellizas, para ir dejando luego en el camino pequeños fundos de propietarios establecidos allí con anterioridad al parque nacional, hasta que llegué al punto panorámico desde donde se divisa, en medio de un paisaje rodeado de montañas nevadas, el río Peúlla desembocando en el lago de Todos los Santos y a su orilla la pequeña villa con sus típicas casas de madera y los dos hoteles, el nuevo y el viejo -casi centenario y con sus paredes recubiertas con tejuelas de alerce- operados ambos por los descendientes del señor Roth.

Un poco más adelante estaban la aduana y migraciones chilenas, ubicadas ambas bastante adentro del territorio del país hermano, debido a que Peúlla es la primera población que se encuentra viniendo desde la frontera argentina.

Luego de instalarme en el hotel nuevo -el viejo estaba cerrado- y gozar de la magnífica vista que tenía desde mi ventana, fui caminado hasta el puerto -un poco menos de una hora de marcha- para contemplar la inmensidad del lago de Todos los Santos, llamado también Esmeralda por el color de sus aguas. De regreso a mi hospedaje, luego de divisar varias parejas de zorzales, me desvié hasta la Cascada Velo de Novia, cuya caída de agua, que continúa luego a través de torrentes, que turbinados proveen de electricidad a la villa, desagua en el lago, convertida en el arroyo Bruto.

Al día siguiente, con mejor clima, desandé el camino recorrido el día anterior, disfrutando -ahora si- del magnífico paisaje que circunda a la laguna Frías. Al llegar a Puerto Blest, almorcé en la hostería al borde del río Frías y a primera hora de la tarde embarqué en el catamarán, que luego de un brevísimo recorrido me dejó en el muelle -a donde había llegado por primera vez hace casi cuarenta y un años, durante mi viaje de egresado del secundario- desde donde nacen los casi 800 escalones que me llevaron a la laguna Cántaros, cuyas aguas bajan desde allí encajonadas hasta la cascada el mismo nombre, para desaguar al final a través del río homónimo en el lago Nahuel Huapi, donde me esperaba el catamarán, que navegando en compañía de gaviotas y en medio del imponente paisaje lacustre del Nahuel Huapi me dejó de regreso en Puerto Pañuelo, luego de algo más de una hora de travesía.-

11 comentarios:

Jorge S. King dijo...

Que lindo paseo Hugo, lo he guardado en un archivo para cuando se me presente la oportunidad.
Seguramente vistas increíblemente sorprendentes. Que bueno!, me las estoy imaginando.
Saludos santiagueños.

hugo dijo...

solo espero jorge que te toque mejor tiempo!!!

en tal sentido, lo mejor sería encararlo en verano, incluso por lo largo del día, pero como digo, combiné el viaje con el motivo familar que me llevó a bariloche...

Anónimo dijo...

Qué bueno Hugo, bastante idílico parece ser todo seguramente.

Deberías haber pegado una pasada por la isla Huemul a homenajear nuestros intentos peronistas de lograr la soberanía nuclear.

hugo dijo...

estuve hace unos diez o doce años iván, cuando se abrió al público, es ir cómodo porque el barco sale del viejo puerto en el centro, que en su momento colapsó por un maremoto, luego del terremto en chile de los años 60.

quedan solo ruinas de los edificios de la época de richter, pero igual fue interesante.

una de las cosas que me enteré por la guía es que la isla se llama guemul por un cacique y no huemul por el animalito: ¿verdad o revisionismo?...

Anónimo dijo...

Hace poco pasaron en History Channel un documental sobre Richter, y básicamente sobre varios los nazis que recayeron sobre nuestro país después de la guerra...El "cuarto reich" se llamaba el documental.

En un momento decía que en la década del 20 alguien el el Reichstag nombró a Yrigoyen y todos se pusieron a aplaudirlo por la neutralidad argentina durante la guerra. Jamás hubiera pesando eso...

hugo dijo...

dos respuestas iván:

1. sobre los nazis y perón hay un interesante y documentado libro de uki goñi "perón y los alemanes" editado por sudamericana.

2. no sabía lo de yrigoyen y el reichstag.

los alemanes hundieron durante la primera guerra dos barcos argentinos. yrigoyen, como neutral, exigió compensaciones económicas, que los alemanes aceptaron, y además el desagravio al pabellón nacional, lo que se hizo recién en 1921 en la cubierta del acorazado "hannover" con la presencia de autoridades de ambos países...

Marta Salazar dijo...

Querido Hugo! este post... no lo borres :)

hugo dijo...

de acuerdo marta...

Marta Salazar dijo...

:)

Ludmila Hribar dijo...

Hermoso! Aunque nunca llegue hasta Peúlla. No tenia presente que esta tan cerca de la frontera argentina. Podríamos haberlo hecho cuando en una de nuestras aventuras de mochileros dormimos a la intemperie en Frias de cara al cielo, por la mañana cruzamos hasta Paso de las nubes, y bajamos hacia Pampa Linda camino a los ventisqueros del Tronador, adonde llegamos a medianoche, medio muertos, pero gozando del paisaje y de la aventura. Claro hay que ir en verano. También yo me hago copia para un próximo viaje. Es un racconto precioso que invita y no hay que perderlo

hugo dijo...

hola ludmila

desconocía ese camino que mencionás hasta pampa linda desde frías.

estuve en verano en pampa linda; fue hace muchos años y desde allí subí a los ventisqueros negros, pero en una excursión navegando el lago mascardi.