miércoles, 10 de junio de 2009

LOS QUE CREÍMOS SIN HABER VISTO

En este blog defendí los préstamos que por U$S 200.000 millones otorgó el Tesoro Americano hace menos de un año a un grupo de importantes bancos del país, para sacarlos de la situación de cuasi insolvencia en que se desenvolvían, debido a la crisis que se desató a fines de 2007 y vinculada con carteras hipotecarias incobrables de los mismos.

Pensaba en aquel momento que ese era el mal menor, que los fondos -como realmente ocurrió- debían estar atados a una serie de compromisos por parte de los recipendarios, vinculados, entre otros temas, con sus políticas de dividendos y de remuneraciones a sus ejecutivos, y que dichas sumas, a la larga, se pagarían sin perjuicio para el contribuyente, más bien con beneficio, ya que el desembolso estatal salvaría al país de una pronunciada recesión motivada por la falta de financiación bancaria.

No tenía entonces la bola de cristal, simplemente recordaba que en el pasado Chrysler , bajo la conducción del legendario Lee Iacocca, había devuelto -también anticipadamente- un préstamo concedido por el gobierno durante la presidencia librempresista de Ronald Reagan. Pues bien: la historia se vuelve a repetir.

En efecto, el Tesoro comunicó que un grupo de diez entidades financieras, entre las que se encuentran las más importantes del país -JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Morgan Stanley y American Express - devolverán anticipadamente U$S 70.000 mill, casi un tercio de lo prestado al sector financiero y el 10% del paquete de estímulo económico total, debido a su mejor situación luego de que la asistencia estatal recreara la confianza en ellas, lo que les permitió recaudar capital privado y pagarle al gobierno . Otras entidades regionales más pequeñas ya devolvieron también la totalidad de lo recibido.

No se encontarían en este grupo los dos bancos que recibieron mayor asistencia: Bank of America y Citigroup y otro de los más importantes del país, Wells Fargo .

El primero de ellos habría sin embargo recaudado capital por U$S 35.000 millones, que se verá que aplicación tendrá en el futuro próximo.

Parece claro entonces que, luego de este despegue por parte de las diez entidades pagadoras, las mismas recuperarán su potestad de fijar las remuneraciones de sus ejecutivos, lo que las pondrá en una situación más favorable para contratarlos que aquellas que no han cancelado la asistencia.

Al mismo tiempo, y lo que es más importante, el sector financiero norteamericano sufrirá un cambio profundo en la evaluación y percepción de los patrones de riesgo de sus participantes, situación ésta en la que Citigroup aparece como uno de los más perjudicados.-

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