sábado, 22 de septiembre de 2007

Pequeñas historias del socialismo argentino

Desde le escuela primaria me han interesado los temas históricos. Dentro de ellos confieso una particular inclinación por aquello que los historiadores profesionales denominan"la pequeña historia", ese cúmulo de datos e informaciones sobre hechos y personajes históricos, los que siendo mayoritariamente verídicos, son de tradición oral y carecen en la mayoría de los casos de una fuente documental que los legitime, pero que sin embargo nos dicen a veces tanto más que los fríos documentos acerca de los hombres y mujeres que protagonizaron la Historia.

Vaya esta introducción, para pasar al tema del título del presente, el que se me ocurrió luego de leer el interesante y documentado trabajo de Marcos Cattaneo "Reconstruyendo el sistema político", publicado en mi blog amigo MarcosKtulu el pasado 9 de setiembre.

Crease o no, los socialistas argentinos tenían una moral muy victoriana. Era famosa la prohibición de beber bebidas alcohólicas que pesaba sobre ellos. En tal sentido, no veían con muy buenos ojos la unión de hecho entre le presidente de su partido Juan B. Justo y Alicia Moreau, de modo que con presiones muy sutiles, finalmente lograron que la pareja regularizara su situación casándose civilmente en Montevideo.

Hablando de casamientos, Federico Pinedo (abuelo) se casó por iglesia, nada menos, y con una señorita Obarrio de sociedad. Pues bien, para que la sangre no llegara al río en el partido, en la típica foto de sociales publicada en los medios, caso creo que único, solo apareció la novia.

El primer diputado socialista de América, Alfredo Palacios, era un hombre que cultivaba un estilo muy especial, casi anacrónico diríamos, con sus largos bigotes, su chambergo con alas muy grandes y su inseparable poncho sobre los hombros. Aún en los más crudos días de invierno, andaba como decían las personas mayores de cuerpo gentil, o sea sin ningún tipo de abrigo encima de su traje, especialmente al salir en las madrugadas invernales de las largas sesiones del Congreso Nacional. Esto intrigaba grandemente a algunos de sus colegas, los que una noche, al término de las sesiones, decidieron seguirlo hasta los baños del parlamento, allí descubrieron el motivo de la liviandad de ropas de Palacios: sobre una gruesa camiseta de frisa colocaba cuidadosamente doblado alrededor de su pecho un diario.
Durante el primer peronismo, a una edad alta, fue detenido en la penitenciaría de la Av. Las Heras. Durante la noche se despertaba con ganas de orinar, entonces tronaba su vozarrón para que le abrieran la celda y le permitieran ir al baño: Esbirrrrrroooossss, gritaba, a lo que sus carceleros -tal era el respeto que le tenían- concurrían presurosos para facilitarle tales menesteres.
Durante el gobierno de la Revolución Libertadora fue embajador en Uruguay. Concluida su misión diplomática entregó hasta el último centavo correspondiente a los gastos de representación que como embajador le correspondían y que nunca había utilizado.

Nicolás Repetto y Ernesto Dickmann vivían uno al lado del otro y estaban además casados con dos hermanas, las célebres Chertkoff, cuya tercera fue la primer esposa de Juan B Justo , por lo que debido a los lazos familiares y a la amistad que los unía, sumado a la ideología común, nunca construyeron una pared que separara ambos terrenos, por lo que sus hijos de chicos correteaban por ambos, como si fuera un todo indiviso. Al llegar el peronismo con sus reivindicaciones sociales, muchos socialistas bien intencionados como Dickmann tuvieron una visión del mismo menos crítica. No era el caso de Repetto, quien al ver la evolución ideológica de su vecino, levantó una pared que desde entonces dividió no solo sus propiedades sino sus vidas.-

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué interesante Hugo, en especial lo de Palacio con el "esbirrrrooosss".

Cuántos años tenía Palacios cuando murió? Porque aparece en gran parte de la historia argentina de primera mitad de siglo.

hugo dijo...

murio en 1965 ivan, habia nacido en 1880, como ves tuvo una vida larga

yo lo recuerdo en mi infancia con esa imágen casi de mosquetero que tenía

cuando ingresé a la fac de cs es de la uba, en 1970, todavía se recordaban sus clases magistrales de dercho laboral allí dictadas teinta años antes

la frase completa era en realidad esbirros quiero mear!!!, pero me autocensuré

era un verdadero personaje...

Marta Salazar dijo...

de antología!

Gracias Hugo!

Me alegra ver que Iván ya es un asiduo lector de este estupendo blog, lejos uno de los mejores de la blogósfera de habla hispana!

hugo dijo...

fe de erratas: en el último párrafo debe leerse Enrique Dickmann.-