lunes, 13 de agosto de 2007

El miedo despues de la codicia


Una crisis comercial, ocurre, cuando un sector del público empieza a temer que tendrá dificultades para hacer frente a sus compromisos.

Walter Bagehot - Lombard Street -1873


Pese a la cada vez mayor sofisticación de los mercados financieros, dos sentimientos humanos atávicos están siempre presentes en su operatoria: el miedo y la codicia. Esto no es de ninguna manera una observación sobre la moralidad de los mismos, sino una simple descripción de su funcionamiento.

Vaya esta introducción luego de que durante el fin de semana que pasó se tuvo conocimiento de la intervención concertada de los principales bancos centrales del mundo tendiente a llevar tranquilidad a los distintos mercados bursátiles.

Llama la atención en primer lugar el monto de la misma: U$S 323.000 millones en un solo día de operaciones, y en segundo lugar, que casi dos terceras partes del total, o sea U$S 200.000 millones fueron suministrados al mercado por el Banco Central Europeo, lo que pone en evidencia la profundidad del problema en Europa. La Reserva Federal de los Estados Unidos solo suministró al mercado U$S 30.000 millones, si bien es importante señalar que no intervenía inyectando liquidez al mismo desde los atentados del 11 de setiembre de 2001.

Luego de un prolongado período de codicia durante el cual y al mismo tiempo se rebajaron sanos principios crediticios en el otrgamiento de financiaciones , se efectuaron inversiones riegosas finaciadas con créditos y se desarrollaron sofisticados instrumentos financieros al margen de cualquier contralor de los reguladores bancarios, el miedo que se apoderó de los diferentes mercados luego del incumplimiento de sus pagos por parte de algunos fondos de inversión inmobiliarios gerenciados por la Banca Nacional de París, cambió el curso de los acontecimientos, pasándose a partir de ese momento de una crisis bursátil a una mucho más grave de confianza acerca de la solvencia de las entidades financieras mundiales, cuyo final está abierto en estos momentos; en las gráficas palabras de Jorge Suárez, un banquero privado de Nueva York, "se huele al cadáver, pero no se sabe en que closet está"

La Reserva Federal y su nuevo titular Ben Bernanke, quien en su vida académica se ocupó casualmente de los errores que la Reserva Federal cometió durante la crisis mundial de 1930, tienen ante si dos caminos: continuar con la tradición de su antecesor Alan Greenspan, en el sentido de rescatar a los inversionistas de sus propios errores vía recortes de tasas, o poner por encima de las preocupaciones coyunturales del mercado consideraciones macroecónomicas tales como crecimiento e inflación al tomar decisiones sobre el nivel de la tasa de interés.

Pensamos que optará por lo segundo, basados en que luego de la moratoria argentina de fines de 2001 el FMI acabó con el paradigma de que los países no quiebran nunca, renunciando a partir de ese momento a continuar siendo el prestamista de última instancia que salvaba a los bancos internacionales de sus desacertadas decisiones de inversión en deuda soberana.

Si esto es así, muchos perderán mucho dinero.-

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

lo que se dice es que Alan Greenspan "contribuyó a la crisis" con su política de tasas de intereses bajísimas (olvidé nuevamente cómo se llaman en castellano, debe ser algo así como intereses guía o base?), lo que llevó a que se inviertiera en los inmuebles, porque "convenía hacerlo".

por otra parte, los mismos bancos centrales (Europa, USA y Japón) ahora están inyectando dinero barato, lo que es exactamente la misma política que condujo a la crisis; sin embargo, al parecer, tampoco hay otra salida... sin no queremos que la crisis se agudice.

Esto, en todo caso, se venía venir, se sabía que ocurriría...

Como es probable que, mutatis mutandi, suceda lo mismo en la Madre Patria, donde también existe una burbuja inmobiliaria que parece que es aún menos sana que la de los gringos...

Veremos, veremos...

hugo dijo...

gracias por su comentario marta.

su mención al caso español es pertinente.

el problema con los mercados globales es que amplifican los ciclos de auge pero tambien los de depresión, de donde si algo sucede, nadie va a salir inmune.

siga atentamente el caso de los bancos alemanes, ahi van a haber tambien ruidos, especialmente en las entidades de segunda línea.-