domingo, 26 de agosto de 2007

El Islam y la música occidental

En momentos en que algunos de los escenarios planteados por Samuel Huntington en su obra publicada en 1996"Choque de Civilizaciones" se estarían verificando -por ejemplo el conflicto entre Occidente y el Islam- me ha parecido pertinente analizar la relación existente entre el Islam y la música occidental y su evolución.

Ya en 1686, en plena guerra de los austríacos contra los turcos, se representó en Hamburgo Kara Mustafá, que trataba sobre la marcha del sultán sobre Viena. Luego, bastante después, en 1764 apareció la ópera francesa El encuentro imprevisto o los peregrinos de la Meca, seguida en 1768 por la ópera semiseria italiana La esclava liberada. Cabe destacar que ninguna de las nombradas han perdurado en el corpus lírico.

Llegamos así al año 1782, en que Mozart estrenó en Viena El rapto en el serrallo, cuyo argumento, la lucha de un enamorado por liberar a su amada y a sus fieles sirvientes de las garras del Selim pachá que los tenía prisioneros, culmina felizmente, cuando éste en una prueba de su magnanimidad, les concede a los cuatro la libertad, en medio del regocijo general y de una marcha alla turca como brillante final. Aparecía así por vez primera en la historia de la música la figura del noble pagano, y tal vez para Mozart, detrás del pacha Selim se ocultaba José II, el emperador austríaco que poco antes en 1781, había promulgado la libertad de cultos y el fin de la censura.

Del Islam magnánimo mozartiano llegamos a 1813 y 1814, cuando Rossini estrenó La italiana en Argel y El turco en Italia, respectivamente. Dos típicas comedias de enredos. En la primera, también dos amantes han caído prisioneros de Mustafá, rey de Argel, quien pretende a la jóven. Pero ahora los amantes no le deberán su libertad a la gracia del soberano, sino que escaparán juntos de Argel por medio de la astucia, regresando el vencido y arrepentido Mustafá a los brazos de su mujer. En la segunda, Selim, príncipe turco, llega a Nápoles y se enamora de Fiorilla, jóven caprichosa pero honrada casada con Geronio, a quien le pide que se la venda y a lo que este se opone. En un baile de máscaras al que todos deben concurrir vestidos de turcos, el poeta Prosdócimo manipula los acontecimientos, de modo que todo tiene un final feliz: los esposos se mantienen juntos, pese a la tentación del oro turco y Selim parte con su nueva amante la gitana Zaida.

En 1858 Peter Cornelius estrena en el Teatro Imperial de Weimar El barbero de Bagdad, otra comedia de enredos, que finaliza cuando a través de un fallo justo del califa dos jóvenes que se aman pueden finalmente casarse.

Desde esa fecha, no se han vuelto a componer otras óperas con argumentos basados en temas del Islam. Resulta sin embargo curioso el hecho que en 1888 Nicolas Rimsky-Korsakov, uno de los compositores más destacados de la música nacional rusa, dio a conocer la suite Scherezade, basada en Las mil y una noches. Aquí la ausencia de texto, no nos permite conocer la visión que del Islam tenía el compositor, pero si llama la atención la temática, única en su producción.

Finalmente llegamos a 1911, cuando otro ruso, Igor Stravinsky estrena su ballet Petrouchka, donde sus personajes principales son tres marionetas. Petrouchka está enamorado de la bailarina, ambos son arios. La bailarina a su vez cautiva con su danza al moro, quien se encuentra en su habitación reclinado en un diván, vestido con un traje magnífico y comiendo un coco. Aunque el moro es brutal y estúpido, la bailarina la encuentra atractivo y lo seduce, siendo interrumpida por el celoso Petrouchka. La acción continúa en una feria, es de noche y el moro mata a Petrouchka con su cimitarra, desapareciendo con la bailarina en medio de la confusión de los presentes.

Como podemos ver, han habido en la música occidental distintas visiones del Islam, que van desde la ejemplaridad alemana, pasando por la subestimación rossiniana hasta llegar en el siglo XX a la xenofobia de Stravinsky.-

3 comentarios:

El Bambi dijo...

Este texto tan interesante me llevó a repasar el argumento de "La flauta mágica" de Mozart, donde se exhibe cierto racismo frente al egipcio.

Xavier Pujol, del Liceo de Barcelona, recuerda que los personajes de la obra llaman al malvado Monostatos "moro", "negro" o ambas cosas a la vez, y Sarastro, que encarna la bondad, le dice: "Tu alma es tan negra como tu rostro".

Marta Salazar dijo...

gracias Hugo! Hay link en aesyd.

hugo dijo...

bambi: como usted sabe "la flauta mágica" es probablemente una de las más crípticas y simbólicas del repertorio, con interpretaciones de todo tipo. según el libreto pamina vive con sarastro "en una lujosa habitación egipcia" y la reunión sacerdotal del acto II tiene lugar en un bosque de palmeras, donde hay dieciocho asientos y sobre cada uno de ellos una "pirámide", por lo que parecería que sarastro también era egipcio. si esto es así, volveríamos a estar frente al "buen pagano", que sería sarastro.

ante este "campo minado", preferí evitar mencionar a esta obra en mi texto.-

marta: alemania tuvo que ver con el trabajo. ayer a la mañana pasaron por la tele un concierto al aire libre de la filarmónica de berlín titulado "las mil y una noches", con música de influencia árabe, lo que me decidió a investigar un poco más, súmele a esto el hecho que fue un día frio y lluviosos, y tiene la génesis del mismo.-