jueves, 12 de julio de 2007

SHOSTAKOVICH Y LENINGRADO

Creo que ningún compositor en la historia de la música occidental tuvo una relación tan estrecha con su ciudad natal como Dimitri Shostakovich. Tchaikovsky, "el más ruso de todos nosotros" en opinión de su insigne compatriota Igor Stravinsky, pese a vivir y morir en San Petersburgo (así se llamaba Leningrado antes de la revolución bolchevique), nunca le dedicó ninguna página musical a su ciudad. Mendelsohn compuso una sinfonía "Escocesa" y una "Italiana", pero tampoco compuso nada sobre Hamburgo, la ciudad donde nació y donde su prominente familia estaba establecida desde hacía muchos años y Mozart, por citar solo algunos casos, si bien tiene sinfonías tituladas "París", "Linz" y "Praga", no compuso ninguna con el nombre de Salzburgo.

Dimitri Shostakovich compuso diez sinfonías, aunque su nombre quedó indisolublemente ligado a la séptima, titulada "Leningrado", escrita durante el sitio de 900 días a la ciudad por las tropas alemanas durante la segunda guerra mundial.

El compositor, quien ya había tenido problemas con el estalinismo por su conducta artística "díscola" y alejada del "realismo socialista" que se exigía a los creadores, pidió ser transferido al frente de batalla, pero su solicitud fue denegada, alistándose como bombero de la defensa civil, protegiendo el Conservatorio de la ciudad. Varias veces le fue ofrecida la posibilidad de dejar Leningrado, pero siempre se negó. Cumplía con sus obligaciones, y cuando estaba liberado momentáneamente de ellas componía, aún en el refugio antiaéreo mientras caían las bombas.

Una vez terminado el tercero de los cuatro movimientos, el compositor escribía:
..."Con un sentimiento de admiración y de orgullo observé los hechos heroicos del pueblo de Leningrado...Todavía tengo que escribir el final de la sinfonía...Podría describirlo con una sola palabra -Victoria-...Nunca he dedicado ninguna de mis obras, pero esta sinfonía...pretendo dedicarla a Leningrado. Cada una de sus notas, todo lo que he puesto en ella, está ligado a mi ciudad natal y a estos históricos días de su defensa..."

Finalmente, Shostakovich abandonó la ciudad con su familia; primero fue a Moscú y de allí se trasladó a Kuibyshev, lejos del frente, donde extrañando la dura batalla por la existencia librada en Leningrado, como así también los recuerdos del compañerismo durante el sitio, culminó la sinfonía.

Durante la guerra la obra se estrenó en Moscú, y luego fue interpretada en muchos países. En Londres fue escuchada por 60.000 personas. En Nueva York, a donde la partitura había llegado microfilmada en un avión que voló a través de los campos de batalla de Europa, fue estrenada por Arturo Toscanini . Pero sin duda la representación más conmovedora fue efectuada en Leningrado, donde solo quedaban quince músicos de la Filarmónica de la ciudad. Se corrió la voz para que se presentaran todos los ejecutantes de los otros grupos sinfónicos locales, pero aún así no eran suficientes, por lo que se autorizó a desmovilizar del frente en forma temporaria a los intérpretes que faltaban.

En palabras del compositor, los cuatro movimientos representan, respectivamente: la vida feliz y pacífica de un pueblo que tenía confianza en su futuro, los episodios felices del pasado reciente, el amor a la vida, la maravilla de la naturaleza y una vida feliz en el futuro, después de que el enemigo haya sido aplastado.

Las opiniones sobre esta vasta obra musical de alrededor de setenta y cinco minutos de duración varían: hay quienes consideran algunos de sus pasajes musicales como una acabada y lúgubre expresión del drama de la guerra, en tanto otros la encuentran trivial. Bela Bartok, a la sazón exiliado en Nueva York desde su Hungría natal ocupada, los encontraba algo absurdos.

Como en toda creación estético-musical, solo queda que los interesados la escuchen y saquen sus propias conclusiones.-

6 comentarios:

Marta Salazar dijo...

Gracias a Dios, San Petersburgo hoy se llama nuevamene San Petersburgo.

De todas estas ciudadades a las que se les cambió el nombre (Chemnitz dejó de llamarse Karl-Marx-Stadt después de la caída del muro y por iniciativa popular), la única que continúa teniendo el nombre de un prócer comunista es Kaliningrad, la antigua ciudad de Königsberg (la de Kant, de allí proviene también la sra. de Putin).

Gracias Hugo! Excelente el blog, esperamos más artículos!

En lo personal, Schostakovitsch es uno de mis compositores favoritos! Me encanta su música!

Al igual que la de casi todos los compositores eslavos de los s. 19 y 20 (además de los nórdicos Sibelius, por ej.) y de los representantes del romanticismo de los s. 19 y 20).

Un abrazo!

El Bambi dijo...

Ya me suscribí al blog después de leer esta columna. No necesito agregar nada.

hugo dijo...

bienvenidos ambos al blog y muchas gracias por su apoyo

Alea Iacta Est dijo...

Acabo de leer la nota. Creo que es muy interesante la relación entre estética y guerra. Es una relación siempre interesante de analizar. Le debo a su artículo entonces esa pista.
Nicolás

Alejandro Sciarrillo dijo...

Gracias a dios volvió a su antiguo nombre, Sí definitivamente fue gracias a Dios...

hugo dijo...

en realidad alejandro el cambio se debió a algo mas terrenal, ya que se decidió por medio de un plebiscito:

"La ciudad cambió de nombre varias veces: Se llamó Petrogrado (Петроград Petrograd, que significa ciudad de Pedro, adaptación al ruso del alemán Petersburg) entre 1914 y 1924, a raíz del conflicto con Alemania, durante la Primera Guerra Mundial, y Leningrado (Ленинград Leningrad en honor a Lenin) entre 1924 y 1991; y nuevamente San Petersburgo después de un plebiscito..." (wikipedia)